Hoy es 23 de septiembre y adivinen que!
Sí, hoy empiezan los cumpleaños de todos mis amiguis Libra XD entre ellos yop jajajaja.
Por eso mismo decidí publicar en estos dias diversas partes del libro escrito por Linda Goodman: Los signos solares y su caracter.
Tal vez esto les ayude a entender a los nacidos bajo este signo =)
Así que aquí va la primera parte:
COMO RECONOCER A UN LIBRA– ¿Vendrás? ¿verdad?
...¿Vendrás a incorporarte a la danza?
Cuanto más lejos de Inglaterra, más cerca de Francia.
Por el contrario –continuó Tweedledum–,
si era así, podría ser;
y si fuera así, será;
pero como no es, no es.
Es lo lógico.
Tu cara es la misma que la de todo el mundo...
los dos ojos, así... la nariz en el medio,
la boca debajo. Es siempre lo mismo.
Claro que si tuvieras los dos ojos
del mismo lado de la nariz, por ejemplo...
o la boca más arriba,
eso serviría de algo.
Libra no tiene intención de ser grosero, pero te enderezará el cuadro que está torcido en la pared y te apagará el televisor demasiado estridente. Le encanta la gente, pero no soporta las aglomeraciones. Como diligente paloma de la paz, anda por ahí mediando en las rencillas ajenas y remendando situaciones, pero también a él le gusta discutir. Es afable y cordial, pero también puede ponerse hosco, y se resiste a recibir órdenes. Son nativos sumamente inteligentes, y al mismo tiempo increíblemente ingenuos y crédulos. Capaces de hablar hasta dejarte sordo, cuando se trata de escuchar son una maravilla. Son inquietos pero rara vez se dan prisa o se precipitan. ¿Estás completamente confundido?
Pues no eres el único. En este signo solar hay una incongruencia frustrante, que tiene a los propios nativos de Libra tan intrigados como a los demás. Mucha gente te dirá que Libra es puro amor y belleza, luz y dulzura. Es verdad, en cierto modo, pero no llega a ser del todo exacto. Tampoco llega a ser Eugene O'Neill. No pienses que porque su símbolo sea la áurea balanza de la justicia, todos los Libra han de ser siempre perfectamente equilibrados, aunque la deducción parezca lógica. Después de todo, el propósito de la balanza es el equilibrio. Sin embargo, ¿has presenciado alguna vez el proceso de equilibrar una de esas antiguas balanzas de farmacéutico? La meta definitiva es emparejar los dos platillos, pero ¿qué sucede? Primero baja un lado, después el otro. Suben y bajan, y se va agregando hasta que el equilibrio es perfecto. Date una vueltecita por una amistosa farmacia de barrio y mira cómo lo hacen.
Y nunca mas vuelvas a hacerte la imagen mental de Libra como un individuo tranquilo, perfectamente equilibrado, dulce, gracioso y encantador. Esa es la imagen mental de una persona que tiene esa disposición la mitad del tiempo. En la otra mitad puede ser fastidiosa, pendenciera, terca, inquieta, deprimida y confusa. Primero arriba, después abajo: así es Libra. El péndulo se va para un lado y después para el otro. De pronto, como la balanza, ¡el equilibrio perfecto! Maravilloso. Pero siempre hay que pasar por la etapa de ir quitando y agregando, antes de llegar al momento de equilibrio celestial.
Precisar el aspecto físico de estas personas es cosa que puede exigir casi tanta concentración como describir su personalidad. No hay nada a lo que se pueda considerar como un rasgo típico de Libra, a no ser el hoyuelo de Venus. Los rasgos de Libra son siempre regulares y equilibrados; gratos, pero no muy llamativos, de modo que es más fácil empezar por los hoyuelos. Tendrán, por lo general, un par de ellos en cada mejilla, o uno en el mentón. Si no aparecen en la cara, fíjate a ver si no tendrá las rodillas con hoyuelos, como muchos Libra. Pero ve con cuidado, que no serán muchas las chicas que te crean cuando les digas que estabas mirándoles las rodillas. Sé discreto, pero fíjate. Claro que con los hombres no hay forma de comprobar este indicio, debido a que llevan pantalones, salvo que estéis en la playa o jugando al tenis. No te desanimes si, después de encontrar los hoyuelos, descubres que la persona no nació en octubre. Esos fascinantes hoyuelos tienen derecho a estar allí: será un nativo con ascendente Libra, de modo que tu conjetura sigue siendo correcta.
Una vez que hayas tenido en cuenta los hoyuelos de Venus, observa el efecto total del rostro, que tendrá siempre una expresión notablemente placentera. Incluso cuando alguien de Libra está enojado, se las arregla para tener aspecto tranquilo, o neutral por lo menos. Las voces de Venus son por naturaleza dulces y claras como campañas, y es raro que su dueño la fuerce hasta convertirla en un ruido chillón o desagradable. Un nativo de Libra es la única persona en el mundo capaz de decirle a uno "Me tienes harto y te voy a romper las narices" con tanta dulzura como si entonara un villancico. La boca tiene generalmente el arco bien dibujado, con labios que en los años locos habrían sido admirados por su color de vino de cerezas. En realidad, el rostro típico de Libra hace pensar, más que nada, en una caja de bombones o en un bizcochito azucarado. Hay algunos que parecen caramelos humanos, o un sorbete de chocolate con un copete de crema batida. Además, esas son las cosas que les gusta comer, y si por casualidad algún Libra es quien está leyendo estas líneas es probable que ya esté desfalleciendo de hambre.
Las mujeres son casi invariablemente bonitas, y los hombres generalmente buenos mozos, lo que no quiere decir que toda la gente hermosa que hay en el mundo sea Libra; la belleza de Venus constituye una clase por sí sola, y no siempre es fácil separarla del buen porte de otros signos solares. Mi propia manera secreta de reconocerlos es empezar por evocar la expresión dulce de Dwight Eisenhower y la de Brigitte Bardot, y seguir a partir de allí. El problema es que a veces las mujeres se parecen a Ike, y los hombres a la Bardot, pero hay que ser un poco amplio, vamos.
No quiero dar a entender que la mujer Libra sea masculina. La mayoría de ellas son todo lo femeninas que puede aguantar un hombre normal a menos que tengan un ascendente agresivo. Y tampoco quiero decir que los hombres de este signo sean afeminados; por lo general son muy viriles. Pero tampoco puede negarse que tienen una pureza de rasgos en virtud de la cual es imposible confundirlos con boxeadores o luchadores. Hasta los raros nativos de este signo a quienes se puede llamar feos –y será excepcional encontrar alguno– tienen una expresión tan encantadora que uno no puede menos que señalar la auténtica belleza de carácter que se trasluce en ese rostro.
Jamás conocerás a uno de ellos que tenga una sonrisa semejante a una suave nube blanca; la sonrisa de Venus es capaz de derretir una barra de chocolate desde una distancia de veinte metros. Cuando te hiera en todo su esplendor, verás que tiene la suficiente intensidad lumínica para transfigurar (literalmente, no en sentido figurado) hasta los rasgos mas feos o vulgares.
La mayoría de los Libra tienden a mostrar curvas más bien que ángulos. Suelen tener el pelo rizado. No son necesariamente gordos (aunque un ascendente Tauro puede hacerles bastante regordetes) y además pueden engañarle a uno, ponerse a dieta y obtener una figura bien esbelta. Pero aun en ese caso las curvas seguirán existiendo, como en un esbelto reloj de arena. Si volvemos a poner como ejemplo a la Bardot, desde luego no se podría decir que es gorda, aunque ¿quién iba a llamarla flaca? Hay algo más, para completar la apariencia de Venus y sus características físicas: una risa sonora y cantarina que resuena alegremente. Una vez que la hayas oído no te será fácil olvidarla.
Ahora bien, uno podría pensar que haber nacido atractivo y con hoyuelos, buscar la belleza y el amor, ser agradable y fácil de conformar es una especie de bendición. Tal vez imagines, lector, que la dulzura y la inteligencia, la comprensión y la gracia son los dones de un hada madrina. Puede que tengas razón. Cuando la balanza de Libra está en equilibrio, esta gente es una delicia; es como encontrarse un ángel salido del paraíso. El problema es que el hada madrina sigue tocando con su varita primero un platillo de la balanza y después el otro, manteniendo a Libra en un perpetuo vaivén. Es como si, con su versatilidad, el hada no pudiera acabar de decidir si se equivocó o no, y transmitiera su indecisión a los nativos de Libra. Primero hablan hasta por los codos y monopolizan la conversación. Después escuchan fascinados, con halagador interés. Cuando otros se pelean, ellos hacen de mediadores y suavizan todas las plumas encrespadas. Después giran en redondo y deliberadamente toman partido en cualquier discusión, por puro gusto de oponer criterios. Aunque van en pos de la armonía, son muchos los Libra que se complacen en los excesos de la comida, la bebida o el amor, con lo que ponen todo patas arriba y la armonía se va al diablo. Alguna vez encontrarás nativos de este signo que son muy poco armoniosos.
Es un signo al que se suele calificar de ocioso, pero esto es otra incongruencia. Libra puede pasarse días, semanas o meses demasiado ocupado para jugar. Su lámpara quemará aceite hasta la medianoche, pero cuando cante el gallo Libra se levantará, resplandeciente; con mirarlo nada mas, uno se agota. De pronto se desplomará en una silla, dirá que está extenuado y hará la mejor imitación de ociosidad que hayas visto en tu vida (especialmente, después de haber exhibido esa actividad frenética). Una vez que se desploman, no verás a estos nativos mover un músculo, si pueden evitarlo. Para ellos será un esfuerzo tomar una cuchara o levantar un vaso (aunque podrían arreglárselas). Si hay cerca de ellos alguien bien dispuesto, esperarán a que les sirvan. Cuando la balanza desciende al punto del letargo, es imposible mover a Libra sin una pala mecánica. Hablara, leerá, bostezará, dará una cabezada, estará viendo la TV o se quedará mirando por la ventana, sin que parezca capaz de llegar al dormitorio (aunque se las arreglara).
No habrá en el mundo gritos ni rezongos que le impresionen; es como si estuviera en otro planeta. Pasado un tiempo, cuando haya recuperado sus fuerzas, sentirá un impulso de energía, se levantará y empezará de nuevo a andar por la huella. Volverá a inclinarse sobre el trabajo, volverán a volar manos y pies. Una vez mas trabajará como una mula en la noria, con milagroso equilibrio, con paso firme y parejo, mientras va planeando eficientemente sus tareas con armónica facilidad. Aunque Libra no sea un signo dual, la mayoría de sus amigos tienen la sensación de conocer a dos personas diferentes. Intenta decirle a alguien que haya visto frecuentemente a Libra en sus periodos de frenética actividad que los de este signo son ociosos, y se te quedará mirando sin entender. Y a la inversa, si quieres convencer a alguien a quien haya sido testigo de la lasitud de Libra de que esta criatura es una pila de energía potencial, te preguntará: <<¿Ese inútil? Tú debes de estar bromeando>>.
Libra sabe instintivamente que para restablecer la armonía de su cuerpo tiene que alternar las rachas de actividad con períodos completos de descanso. Es lo que les exige su personal disposición de genes, células e impulsos eléctricos, y la mayoría de ellos son bastante hábiles para conservar este delicado equilibrio físico. Sin embargo, para la armonía de la mente y de las emociones no siempre tienen igual capacidad instintiva. Es posible que lloren, abrumados por el sentimiento, para después mostrarse sarcásticos y mas tarde tan alegres como el primer día de la primavera, pero no se trata de la dualidad de Libra. Está constantemente, por turno, profundizando primero en una emoción y después en la otra; no es lo mismo que el completo cambio de carácter de los gemelos Géminis. En las emociones de Libra hay una profunda riqueza, sea cual fuere la emoción que predomina en un momento dado. Además, contempla alegrías y dolores con una filosofía que casi siempre termina por pacificar las cosas.
Como si tuvieran un instinto de cordura, la mayoría de los Libra se mantienen mental y físicamente sanos, evitando por lo general los problemas graves de cuerpo y mente. La mayor amenaza para su salud son los excesos de todo tipo: comer dulces puede provocarles obesidad, trastornos digestivos y manchas en la piel. Un exceso de alcohol les causará graves trastornos renales y de vejiga, que a su vez acarrearán violentos dolores de cabeza, tan intensos como las jaquecas. Los baches depresivos serán causa de irritaciones y picazón en la piel, y hasta de forúnculos. El pecho es, en Libra, una zona delicada, y a veces, aunque no son tan comunes, los nativos pueden tener problemas en los pies y trastornos intestinales. Mas de alguno padece de ulceras, causadas no tanto por preocupaciones como por abusos del sistema digestivo y por su turbulenta estructura emocional. En general, sin embargo, son más sanos que la mayoría de las personas, salvo que se exijan demasiado y se olviden de los necesarios periodos de descanso. El efecto de la paz y la armonía sobre la salud de los venusinos es milagroso. Cuando están enfermos necesitan un descanso muy prolongado, sin situaciones emotivas discordantes que los alteren, con libros gratos, música grata y palabras sedantes. Es raro que una atmósfera así no devuelva rápidamente la salud al nativo típico de este signo.
El carácter de Libra está compuesto de partes aproximadamente iguales de bondad, dulzura, honestidad, gusto por la discusión, negativa a dar su brazo a torcer, lógica e indecisión. Más vale ir examinando en detalle los ingredientes. El gusto de discutir, por ejemplo. Tu amigo Libra te discutirá la hora que es, si le parece que tu reloj tiene una diferencia de dos segundos. Tampoco saldrás del paso con generalizaciones del tipo de "la juventud está arruinando al país", porque te saldrá con una lógica y cuidadosa disertación sobre las organizaciones juveniles y sobre la cantidad de jóvenes estupendos que hay por el mundo (aunque sus propios hijos no tengan arreglo). Si haces un comentario sobre la corrupción de la justicia en este país y sobre los problemas de los legisladores, se remontará hasta el derecho romano, sin olvidarse del código napoleónico. Jamás digas como si tal cosa: "Que tontería vivir en la ciudad pudiendo irse al campo. No hay comparación". La última frase, especialmente, es un grave error. Con sólo oírte mencionar la palabra comparación, Libra ya tiene la señal para comenzar. Puede pasarse la noche entera comparando, con alguna pausa de vez en cuando. Ensalzará las bellezas y ventajas de las ciudades en comparación con las zonas rurales, describiéndote con entusiasmo las luces, las bocinas de los taxis, los teatros, los museos y los parques... aunque él mismo viva en las afueras y no se avenga a partir de allí ni con dinamita. En cualquiera de estos casos, daría exactamente lo mismo si tú defendieras la posición opuesta; entonces, Libra te hablaría del aumento de los índices de delincuencia juvenil, de la corrupción de la justicia y de las alegrías que proporciona vivir en el campo. En realidad no le interesa que partido toma en una buena discusión, siempre que sea el otro partido. A veces, si se aburre, hasta puede pasarse al otro lado a mitad de un tema. Si le dices que te gusta una película, te explicará cuales son sus fallos; critícala, y él la elogiará. Muéstrate fascinado por un libro, que él te hará ver que no es tan bueno; pero si te aburrió, Libra te señalará sus virtudes. En todo este constante proceso de deducción lógica, su intención es ser justo; Libra teme igualmente aparecer como prejuicioso, como acusador injusto o como creyente a ciegas. Lo que él busca es la auténtica verdad, el equilibrio exacto que dé la respuesta correcta, después de haber sopesado todas las posibilidades.
Es un rasgo admirable, ciertamente, pero tanto andar pesando puede hacer que una persona normal se vuelva loca, e incluso el mismo Libra puede estar en un estado de indecisión constante. Incluso a quienes mayor control ejercen sobre esta característica les disgusta tener que tomar decisiones instantáneas sin haber considerado todas las posibilidades. La imparcialidad puede ser un fetiche. Un general Libra, con sus dotes para el juicio armonioso y equilibrado, puede ser un excelente estratega, y un planeamiento meditado puede significar que la batalla esté ganada antes de librarla. Su capacidad de ver todos los aspectos, de distender los nervios y de calmar a los coléricos puede hacer de él el mejor de los mediadores, capaz de aproximar a gente separada por la desconfianza y el odio recíprocos y de hacerles colaborar armoniosamente. Sin embargo, secretamente la guerra acongoja el corazón de Libra. Odia los derramamientos de sangre. No será un oficial de las fuerzas armadas que tome las decisiones inmediatas bajo el fuego, sino que él organizará brillantemente las maniobras estratégicas que a la larga le permitirán ganar la batalla y al mismo tiempo salvar miles de vidas.
Esta reluctancia a tomar decisiones puede conducir a verdaderos callejones sin salida en el caso de los nativos que tienen influencias planetarias desfavorables en el momento del nacimiento. Hay quien no puede decidir que zapato ponerse primero por la mañana, siempre y cuando haya podido resolver antes de que lado de la cama se baja. Incluso el Libra medio que cualquiera puede encontrarse en la oficina o en una fiesta, reflejará siempre hasta cierto punto esta tendencia a pesar y seguir pesando las cosas hasta que a uno se le empieza a erizar el cabello, y la ocasión hace ya rato que ha pasado. "Si hago esto –se dicen–, pasará esto y lo otro. Por otra parte (una de las muletillas favoritas de Libra en todo momento), si hago lo otro, puede pasar lo de mas allá". Es una balanza que puede oscilar locamente, como un sube y baja. Nada es mas penoso que ver a Libra en la duda, tratando de llegar a una decisión sobre el por que, el como, y el si hacer o no hacer. Tampoco le gusta que le presionen o le apremien cuando tiene que decidir.
Una persona impaciente puede convertir la aérea cualidad de Libra en una súbita muestra de obstinación terrestre que haría parecer una veleta a Tauro, el toro. La impaciencia es una condición que la mayoría de los nativos de Libra no pueden aguantar. La gente impulsiva y precipitada, que no se detiene a considerar las consecuencias, les pone a ellos los pelos de punta.
Es gracioso que Libra niegue siempre inmediatamente la indecisión de su carácter. Lo primero que dice cuando uno le describe su signo solar es: "Yo no soy indeciso. Esa descripción es inexacta; a mi, realmente, no me corresponde". Disimula tu sonrisa y traduce: lo que Libra quiere decir es que, aunque le lleve un tiempo endemoniadamente largo tomar su decisión (de lo cual muy astutamente se olvida), una vez alcanzada la conclusión, se aferra a ella. Si cuenta con el tiempo suficiente, su decisión final será llevada a la práctica con una convicción tal que le lleva a creer que él mismo es firme y decidido. No te dejes despistar. De todas maneras, si te dice que a el no le cuesta decidirse, no esta haciendo otra cosa sino empezar una de las discusiones típicas de Libra, y ya puedes decírselo. Le hará bien darse cuenta de que, con las mismas objeciones que plantea a sus rasgos astrológicos, está demostrando que es fiel a su signo solar. Cuando rechace el análisis que hagas de él, contéstale con aire de superioridad: "Ya sabía que tomarías esa actitud. Libra siempre lo discute todo". Eso le sacará de quicio, pero puede ayudarle a ver la verdad, y la verdad es lo que él busca. No podrá por menos que admitir la lógica de tu argumento. Si le acusas de parcialidad y le dices que se está negando a considerar los dos aspectos de la cuestión, eso también le bajará un poco los humos.
Muy pocos de los nacidos bajo este signo son decididamente excéntricos o exhibicionistas. La mayoría son tan saludables y equilibrados como un campo de trigo, que se mece graciosamente bajo el viento. En los tratos comerciales son normalmente de escrupulosa honradez, y muy poco descuidados. Libra prefiere tomarse su tiempo y hacer las cosas bien antes que equivocarse y tener que repetir el proceso. Odian la exageración y les molestan los despliegues de pasión y de ira, aunque si se les presiona más de lo que pueden soportar, ellos mismos pueden caer en esos extremos. La mayoría de ellos tienen una capacidad de concentración fantástica y están dotados para los temas profundos. Son amantes natos de los libros, y respetan hasta tal punto la palabra impresa que a muchos de ellos les horrorizan las ediciones de bolsillo. Sienten que no es un libro si no tiene tapa dura y si no se lo siente libro por el olor y el tacto. En todos los hogares de Libra encontrarás, con seguridad, una nutrida biblioteca.
Les encantan las armonías de sonidos y colores, la poesía y la propiedad en el uso del lenguaje, oral y escrito. Es raro que escapen a la influencia de las artes. Sea cual fuere la imagen que pueda dar cuando aquella hada madrina le desequilibra la balanza, Libra es un tierno enamorado de todo lo que hay de bueno, limpio y amable en el mundo. En el fondo de su corazón es un artista que goza en difundir los azulados tonos pastel de Venus en fiestas y ocasiones culturales. Luz velada, música suave, conversación interesante, buena comida y vinos finos son lo que necesita. Su mente reúne el brillo del diamante y la tersura del ópalo. En su cambiante elemento de aire, se mueve reflejando la utilidad del cobre, el metal de su armonía. En su razonamiento alerta y su agudo sentido del humor lleva un toque de la tranquila modalidad de Libra, y Venus derrama sobre el las seis dimensiones de la paz.
Para entender verdaderamente a Libra, debes entender el enigma de la balanza: un platillo cargado de nítidas y doradas hojas que evocan el fresco clima otoñal; en el otro ramilletes azules de tímidas violetas empapadas por la fragante lluvia de abril. Cuando la balanza se desequilibra, el radiante optimismo se convierte en pánico silencioso, por efecto del aislamiento y la depresión. Cuando se logra el equilibrio, el resultado es una perfecta armonía entre la chisporroteante riqueza del intelecto y los cálidos efectos del corazón. El secreto de Libra está en las estaciones. En invierno siente demasiado frío, y en verano demasiado calor; necesita combinarlos en una primavera y un otoño perfectos.