“¿Quién desapareció de mi top?”
Fue lo primero que pensé cuando vi que a mi top40 de amigos le faltaban 2 lugares; del primero que se había borrado tenía el conocimiento previo de que desaparecería (aunque tomando en cuenta la volubilidad de esa persona, no será tan definitivo), lo más seguro es que pasado el drama volvería a abrir un perfil añadiéndole un “Remastered”, “Reloaded” o “El Reencuentro” qué se yo… en realidad no me preocupaba tanto.
Del segundo se me hizo extraño, sobretodo si se trataba de alguien que estaba situado hasta lo más alto de mi top (el cuál de hecho tendré que volver a acomodar) y que se fuera sin decir ni una sola palabra.
Indagando encontré que aún existía ese perfil (sin la foto que compartíamos) y mi gestor de contactos indicaba que también me habían borrado del msn…
La desaparición voluntaria estaba más que confirmada y a todo esto solo me quedaba una pregunta, la cual aún persiste:
¿Cuál fue el motivo?
N-mil causas saturaron mi mente mientras iba analizando una por una y dándoles un porcentaje de probabilidad, teniendo como más alta los que incluyen el hecho de que ni siquiera recibí un “aviso de cambio de domicilio”, o mínimo de “desalojo” con mentada de madre incluida.
Por lo cual concluyo que no tengo la certeza de qué pude haber hecho para orillar a esta persona, a quien consideraba mi amiga, a sacarme por completo de su vida; aunando que llevaba muchos días sin saber de su existencia a la que le atribuí la diferencia de horarios.
No hay más que hacer ni decir, o por lo menos no tengo intención de ir más allá, quien me echa de esa manera tendrá sus motivos para hacerlo.
Si no son ni siquiera para decírmelo de frente, no vale la pena rascarle más.
Ahora tengo otra duda:
¿Cuál de los dos sueños era el que premonizaba lo que ocurriría, la boa constrictor o el gato con las garras ensangrentadas?
(Nótese mi manera sutil para mandar a alguien al infierno)
(Por cierto, cambié la categoría When he’s gone a When they’re gone, no pienso abrir una específica para las del sexo femenino si ambos bandos terminan siendo parte de esa misma bola).