Hace algunos días aprendí una muy buena lección, claro que lo publico hasta ahora porque no encontraba el cable usb de mi cam XD
La historia es la siguiente:
Dos semanas antes, mi progenitora me pidió que le cortara las ramas a un árbol el cuál según ella, nada más estaba estorbando y esperaba la oportunidad para cortarlo de tajo porque había crecido en el lugar incorrecto y era de esas especies que rompen el pavimento.
Dos semanas después, en un mood contemplativo de esos que luego me dan, algo me dió por voltear a ver el árbol, al cual ya le habían salido unas pequeñas ramitas... como aparece en la foto:
Me resulta algo curioso y hasta "algo del destino" encontrar la enseñanza en este suceso tan sutil tomando en cuenta los días por los que pasaba.
Quien entendió el mensaje, sabrá de lo que hablo; quien no... algún día podrían abrir un libro Zen?
Escuchando: Moenia - En algún lugar (lo sé, es mejor la versión original).
De que serviria abrirlo si an desconocen el arte de leer?
ResponderBorrar.... date un zape...
ResponderBorrarla naturaleza, es siempre sabía, esas ramas se ven presuntuosas y comtemplativas, aunque no sé si yo este utilizando las palabras correctas, claro, yo soy un ser humano, no soy perfecto
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