Hace más de dos años, cuando aún estaba en planes de venirme a vivir a Guadalajara recibía muchos comentarios acerca de mi decisión, la mayoría decían que era una locura, que ojalá me fuera bien, ni qué decir de los de mi familia, media chapada a la antigüa pero sin solvencia moral como para criticarme o hasta dar consejos.
El caso es que antes de venir mi abuela me dio una carta, la cual nunca leí, al principio porque pensé que lo que fuera a estar ahí escrito podría predisponerme a algo y hasta ponerme de malas, después porque se me olvidó.
Ahora que hemos casi terminado de acomodar las cosas en la nueva casa la encontré y considero que es el momento adecuado para leerla (porque si dice algo zonzo me va a valer madres).
Procedo a leerla...
(Nunca entenderé esa tendencia que le ha dado ahora a mi abuela por regresarnos cosas que en antaño le regalamos =/ en fin...)
Pues ya la leí, afirmativamente, sí me habría puesto de malas, y si, ahorita me vale madre porque al final de cuentas lo hice a mi manera U_U
Solo me queda decir que sí lo hice, pero no para darle el gusto a ellos, lo hice porque estaba convencida de lo que hacía, y no quiero ser grosera, pero pueden ahorrarse todo su choro sentimentaloide manipulador porque desde hace mucho que esas cosas no tienen efecto en mí. Nunca les dije qué hacer con su vida, no me digan qué hacer con la mía, que se refieren a las voz de la experiencia, pues con esos resultados yo paso.
¿Por qué la gente no entiende que eso de "hacer felices a los demás (por no decir, darle gusto a los demás)" no lo hace a uno mismo feliz?
Escuchando: Tatu - Not gonna get us
Me alegra que haya sido a nuestra manera.
ResponderBorrarTE AMO!!