Sé que había dejado pasar un buen rato sin quejarme amargamente (en público) de mi trabajo, y si bien no es un trabajo que me haga infeliz, tampoco me satisface del todo, y no es como que lo odie, pero el caso es que para la cantidad industrial que llego a tener de trabajo, uno espera que el aumento en la retribución sea proporcional al cuan "agradecidos" dicen que están con las labores que uno desempeña.
El aumento en este año fue ligeramente mejor al anterior, ni tan pinche pero no deja de sentirse como aumento cebolla.
Así que para hacerme un cocowash he listado el decálogo para estas situaciones:
- Conserve la calma: No, es en serio, peor sale pelearse al calor de la emoción al grado de que uno puede terminar enfermo y pagando una buena cantidad de deducible y coaseguro; eso si no es que te ponen de patitas en la calle. Puede desquitarse con una pelota anti-stress, o a falta de, puede apretar continuamente la engrapadora, causa el mismo efecto.
- Piense en las cosas buenas del día a día que aun le puede brindar su recinto laboral: Como el café sabor a calcetín gratis, con su respectiva stevia y coffe-mate y que se pueden acompañar con las galletas robadas de las juntas.
- Piense en que a usted al menos le tocó: No siempre a todos les toca aumentos, suele darse el caso verídico de quien no recibió aumento alguno y terminó en un psiquiátrico.
- Reajuste su presupuesto anual y haga reajustes: Olvídese de aquella taza de The Walking Dead que había pensado en conseguir para adornar su habitual lugar de trabajo.
- Cuénteselo a quien más confianza le tenga: Coméntelo con su vecino de escritorio, las grandes tragedias suelen sobrellevarse al compartirlas, así no llorará solo y de paso se entera si su aumento estuvo en el promedio.
- Haga su plan anual con la actualización de metas: No deje de hacer bien su trabajo, al final de cuentas, la calidad del trabajo habla de usted. Solo piense cinco veces antes de aceptar hacer algo del plus que normalmente hace, como atender cuestiones de trabajo en el tiempo personal.
- Comience a pensar en un plan B: Tal vez el mercado laboral esté más feo que Lorena Ochoa (la cual está más fea que un auto por debajo) y no sea posible encontrar un nuevo lugar de trabajo en donde paguen mejor sin llorar sangre, así que puede empezar a vender productos por catálogo y toda esa clase de artículos para uso cotidiano que suelen intercambiarse en una aldea Godínez.
- Comience por verle el lado bueno a seguir trabajando para esa empresa: Puede que tengan algún programa de apoyo para estudios y cursos y así pueda compensar un poco lo que no recibió en retribución. Al final, todo es en mejora para su CV.
- Consérvese alegre durante su jornada laboral: Puede ser que sea algo difícil, pero no imposible. Ha escuchado sobre la risoterapia?? Encontrará muy buen material en 9GAG o en diferentes páginas de chistes. Si esto no llegara a funcionar, siempre estará el Prozac como opción.
- Relájese y saque todo lo que pueda estar sintiendo: Llegue a su casa, póngase cómodo, hágase bolita en su cama, llore a moco tendido.
Escuchando: The Bangles - Maniac Monday
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