Y la paz y tranquilidad siguen.
Ayer regresó la tipa por la tarde y mis ánimos se vinieron abajo porque creí que a lo mejor había sido algo de un solo día.
Pero hoy se volvió a ir muy temprano, con todo y los hijos.
Hace unos minutos también se largó el imbécil y desde entonces todo ha sido paz y tranquilidad.
Creo que hasta cierto punto les doy mucha importancia, pero es que de verdad es muy molesto tener que trabajar desde casa y que las personas que viven alrededor tuyo no tengan ya no digo civilidad, tantita madre...
Y aunque hay quienes ya están regresando a trabajar presencialmente, seguimos los que aun estamos desde casa, trabajando todo normal y hasta con juntas.
Aparte estos tienen una vibrita... que bueno, qué tan fea es la vibra que sus coches siempre terminan con la pintura picada.
Al final uno no tiene la culpa de que se hayan venido a menos y uno mantenga su nivel de éxito constante, pero vecinos envidiosos, en todos lados.
Escuchando: Los pajaritos diciéndose de groserías por las mañanas
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